El cine expresionista alemán surgió tras la Primera Guerra Mundial debido a una serie de factores principalmente sociales. Alemania, tras salir derrotada de la guerra, sufrió una crisis económica, territorial y de identidad debido al Tratado de Versalles de 1919, en el que se le culpaba junto con sus aliados por la guerra y se le impuso una serie de cláusulas tales como reducir su ejército, entregar territorios o pagar una abultada suma de dinero a los países Aliados.
A pesar de la Primera Guerra Mundial, el
número de productoras cinematográficas alemanas creció en gran medida, pasando
de tan solo 28 en 1913 a 245 en 1919. Debido al cine propagandístico de Estados
Unidos en contra de Alemania, el propio gobierno alemán impulsó una serie de
proyectos cinematográficos que desembocaron en la creación de la UFA (Universum
Film AG) en diciembre de 1917, aunque en 1921 se privatizó. La UFA fue una
de las productoras más importantes a nivel mundial durante la década de los 20,
compitiendo con el cine de Hollywood en todo el mundo.
El cine expresionista alemán, como su
época en Alemania, fue un cine oscuro, siniestro y en ocasiones macabro. Surgió
como adaptación al cine de la corriente expresionista creada a principios del
siglo XX que ya estaba presente en la pintura, arquitectura, literatura… y que
tenía como máxima característica la deformación de la realidad reflejando la
subjetividad del mundo.
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Fotograma Nosferatu. |
Una de las películas precursoras del expresionismo alemán fue El gabinete del doctor Caligari (1919, Robert Wiene), en la que se narraban una serie de crímenes provocados por un hombre llamado Cesare bajo la hipnosis del doctor Caligari, (ATENCIÓN SPOILER letra pequeña) que a su vez estaban imaginados por un loco de un manicomio cuyo director era el propio doctor Caligari. Esta película fue un éxito a nivel internacional e incluso, los críticos de la época llamaron a esta nueva estética cinematográfica “caligarismo”.
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Fotograma El gabinete del doctor Caligari. |
Una de las características más
importantes del cine expresionista alemán era la luz y en especial, las sombras
generadas a través de esta. El contraste lumínico estaba agudizado gracias al
maquillaje de los actores y éste formaba un elemento narrativo aparte del
estético. Otra característica importante era el decorado, formado en un
principio por telas pintadas que formaban perspectivas deformadas con
diagonales y objetos asimétricos. La utilización del fuera de campo también fue
un elemento característico del expresionismo, acentuado en gran medida por las
sombras que parecían huir del encuadre.
A partir del expresionismo, el cine alemán
evolucionó con una nueva corriente que sustituyó las telas pintadas por decorados
teatrales. Esta nueva corriente cinematográfica se conoció como “Kammerspielfilm”
o “Teatro de cámara”, y surgió de las experiencias realistas del director teatral
Max Reinhardt. En el “Teatro de cámara” se pasó de una temática más fantástica
y subjetiva a la cruda vida cotidiana, es el caso de la película El último
(1924, Murnau), cuyo protagonista, portero en un prestigioso hotel, es
degradado, y así su vida también se va degradando en su afán por aparentar el
prestigio social de su antiguo puesto ocultando su nuevo empleo. Una
característica importante dentro de esta corriente es la del respeto de las
unidades de tiempo, lugar y acción, es decir, una acción en un solo lugar dentro
de una linealidad temporal. Esto simplificaba la narrativa y favorecía la
creación de una atmósfera claustrofóbica que invadía la narración, además de la eliminación de los intertítulos debido a que no aportaban nada nuevo a la narración, esta se contaba por sí misma gracias a las imágenes y a la actuación de los actores.
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Cartel El último. |
El “Teatro de cámara” evolucionó
finalmente en lo que se conoce como “Nueva objetividad”. Dentro de esta corriente
se desarrollaron los temas realistas y comenzaron a tratarse temas culturales, intelectuales
o de crítica social por medio del contexto. Un claro ejemplo de esta corriente es
uno de los primeros éxitos protagonizados por Greta Garbo, Bajo la máscara del placer (1925, Georg Wilhelm Pabst), en el cual la protagonista, hija de
una familia adinerada de Viena con problemas económicos, se ve obligada a
prostituirse para ayudar a su familia.
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Greta Garbo en la película Bajo la máscara del placer. |
El expresionismo alemán en el cine se desarrolló
principalmente desde el final de la Primera Guerra Mundial hasta el estallido
de la Segunda Guerra Mundial. Sufrió una serie de evoluciones, pero a pesar de
ello siguió manteniendo una estética muy característica y reconocible aún en
la actualidad. Algunos de los principales directores de la corriente
cinematográfica fueron Murnau, Fritz Lang, Georg Wilhelm Pabst o Von Sternberg,
con películas como Nosferatu (1922, Murnau), Metropolis (Fritz
Lang, 1927), La caja de Pandora (1929, Georg Wilhelm Pabst) o El ángel azul (1930, Von Sternberg).
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Emil Jannings y Marlene Dietrich en la película El ángel azul. |
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