Christian Metz distinguía varios conceptos dentro de la temporalidad cinematográfica, el orden, la duración y la frecuencia, vamos a centrarnos en el primero de ellos.
Según la primera definición de orden en la RAE, el orden es la colocación de las cosas en el lugar que les corresponde. En el cine, como con cualquier herramienta para contar historias, el relato no tiene por qué ser cronológico, como se suele decir, el tiempo es relativo. Entonces, el orden se refiere a la cronología de los acontecimientos que se van sucediendo a lo largo del relato.
Antes de profundizar un poco en el orden, cabe puntualizar la diferencia entre historia y relato, puesto que no son lo mismo. Simplificando, la historia es lo que se cuenta, siempre tiene un orden cronológico, puesto que en cualquier historia pasan unos acontecimientos determinados. El relato es la manera de contar la historia, la cronología puede variar, según quiera el guionista presentar los diferentes acontecimientos.
Dos de los términos más conocidos dentro del orden en el cine son la analepsis y la prolepsis. Para entendernos, comúnmente, la analepsis es conocida como flashback y la prolepsis como flashforward, aunque no son exactamente lo mismo.
La analepsis consiste en evocar un acontecimiento anterior al momento en el que se encuentra la historia, por ejemplo, el recuerdo de un personaje de un momento pasado en la historia. Un ejemplo sencillo de flashback se encuentra en la película de animación Ratatouille (Brad Bird, 2007), en la escena donde el crítico culinario prueba la ratatouille y le evoca un recuerdo de su infancia.
La prolepsis consiste en mostrar un acontecimiento que llega antes de su orden normal en la cronología, algo que pasará más adelante en la historia. Todos los flashforward son prolepsis, pero no todas las prolepsis son flashforward. Los flashforward son conocidos como prolepsis interna (a continuación indicaré algunos ejemplos), y como existen internas, también existen externas, las cuales no se muestran en imágenes dentro de la película; suelen ser comentarios que evocan a la imaginación del personaje y del espectador. Un ejemplo de flashforward podría ser las escenas de la protagonista de La llegada (Denis Villeneuve, 2016) con su hija, o bien la escena del accidente aéreo de Destino final (James Wong, 2000), aunque esta última sería más bien una premonición porque aunque el avión se estrella, los protagonistas no se encuentran en su interior, como ocurre durante la escena.
Dentro del orden en el cine, también se puede distinguir entre diacronía y sincronía.
Diacronía: es la sucesión de acontecimientos uno detrás de otro.
Sincronía: varios acontecimientos se muestran simultáneamente. Existen cuatro formas de organizar los acontecimientos dentro de la pantalla:
1. Acciones
simultáneas dentro de un mismo campo: por ejemplo,
durante el comienzo de Ciudadano Kane (Orson Welles, 1941), los
padres hablan con el representante del banco en el interior de su casa mientras
fuera de esta el protagonista juega con la nieve.
2. Acciones
simultáneas dentro del mismo cuadro pero no dentro del mismo campo: esto
es la pantalla partida o “split screen”, por ejemplo, la escena del psiquiatra
de Annie Hall (Woody Allen, 1977).
3. Presentación
de acciones simultáneas de forma sucesiva: consiste
en mostrar un suceso desde distintos puntos de vista, por ejemplo, la increíble
escena de la lluvia de la película Magnolia (atención spoiler).
4. Montaje
alterno de acciones simultáneas: se alternan varios
escenarios con acciones que suceden al mismo tiempo, por ejemplo, en la escena
de la película Solo ante el peligro (Fred Zinnemann, 1952)
en la que el antagonista de la historia, Frank Miller, va a llegar al pueblo en
tren.
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