viernes, 19 de noviembre de 2021

La creación del documental: Flaherty del norte

Los documentales fueron de la mano del cine desde sus comienzos, puesto que las primeras grabaciones eran documentales sin aún recibir dicho nombre. En Francia comenzó a utilizarse el término para las películas de viajes, pero no llegó a popularizarse hasta los años 30. En el cine documental siempre predominó el carácter social, y a pesar de ser un cine realista que se aleja de la ficción, es un cine creativo porque se inicia de una inspiración personal de la que parten los hechos que se van a tratar. El cine documental comenzó a hacerse popular en el periodo de entreguerras, los años 20.

En un principio predominaron los documentales sobre los nativos de las colonias de los grandes países imperialistas. Estos trataban sobre las costumbres y ritos de estos pueblos, y justificaban en gran medida el colonialismo, mostrando a los nativos como seres indefensos. Uno de los directores de cine documental más importante de estos primeros años fue Robert Joseph Flaherty, quién rodó el que es conocido como el primer documental de la historia del cine, Nanuk, el esquimal (1922). Flaherty entendía los documentales como herramientas para comprender a los distintos pueblos que habitan la Tierra y así favorecer una buena relación entre los mismos. También elegía cuidadosamente las imágenes que iba a mostrar mediante el montaje, mezclando luces y sombras. Realizó varias expediciones al norte para vivir junto con esquimales; tras volver de la primera, en 1916, un incendio calcinó todos sus negativos de película, por lo que decidió volver en otra expedición y conseguir así producir su documental.

Cartel Nanuk, el esquimal.

Flaherty trató de crear un documental sobre la vida de los esquimales utilizando como ejemplo a un famoso cazador de una tribu, y a partir de este, se tratan temas como la caza, el transporte, el comercio o la vida familiar; así, se utiliza un caso particular para generalizar. Flaherty usó recursos técnicos tales como tiros de cámara propios de la ficción para enfatizar en algunos temas, haciendo más verídico lo que cuenta sobre los esquimales. Utilizó además el lenguaje de las películas de ficción de Hollywood, mostrando en un principio a los protagonistas, o también creó una puesta en escena, por ejemplo en las tomas dentro del iglú, puesto que construyeron uno más grande que el de Nanuk que más tarde cortaron por la mitad para poder meter las cámaras.

Fotograma Nanuk, el esquimal.

Nanuk, el esquimal fue estrenado en 1922 a través de Pathé y tuvo mucho éxito, llegando incluso a realizarse un musical en Broadway. Las productoras se interesaron en este formato innovador, puesto que era barato al no contar con actores y decorados, y además obtenía mucho beneficio. La productora Paramount le ofreció a Flaherty grabar un documental sobre la vida de la cultura polinesia, y en 1926 se estrenó Moana, documental que plasmó la vida en un mundo paradisiaco sin conflictos, y aunque esta no tuvo tanto éxito como Nanuk, sí que fue bastante rentable.

Fotograma Moana.

Las principales características del cine documental de Flaherty son la veracidad, la utilización de temas sociales captados de una forma sencilla para el público, el uso de elementos de la ficción para conseguir un sentimiento de identificación en los espectadores y también la utilización de esa ficción a través de la dramatización y la creatividad para tratar la realidad.

Flaherty siguió creando documentales de éxito durante los años 30, 40 y 50, con ejemplos como Hombres de Arán (1934), documental sobre unos pescadores, o Sabú, también conocido como Toomai, el de los elefantes (1937), que trataba sobre un niño huérfano y su elefante en una selva.

Cartel Hombres de Arán.


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