Cuando la voz, que no el sonido, llegó al cine con El Cantor de Jazz en 1927, el cine mudo pasó a un segundo plano, y aunque este paso al sonoro fue gradual, y muchos cineastas de la época no creyeron que el sonido iba a ser el futuro del cine, los que si apostaron por ello se vieron recompensados en gran medida.
Durante los primeros años del cine sonoro el público quiso escuchar a sus estrellas de cine favoritas, creadas gracias al “Star System” de la época, pero no todas estas estrellas estaban preparadas para el sonido, y con la caída de unas, otras subieron a los cielos de Hollywood y se consolidaron como grandes actores y actrices de la gran pantalla. Algunos ejemplos de películas de ficción que tratan este cambio desde el punto de vista de las estrellas de Hollywood pueden ser Cantando bajo la lluvia (1952, Stanley Donen y Gene Kelly) o The Artist (2011, Michael Hazanavicius).
Cartel Cantando bajo la lluvia. |
Durante estos años se experimentó mucho narrativamente hablando con la inclusión de sonido en las películas, y era muy común que estas solo lo incluyeran en algunas escenas determinadas para enfatizar la acción y no tanto como acompañamiento. La utilización de la música en King Kong (1933, Merian C. Cooper, Ernest B. Schoedsack) es uno de los mejores ejemplos de cómo se utilizó adecuadamente el sonido en una película, enfatizando en el terror de algunas de sus escenas. Esta película que actualizaba el cuento de La bella y la bestia se clasificó dentro del género de terror, y es curioso como con el paso de los años los espectadores han ido evolucionando para que el género de la misma historia tratada de la misma forma cambie a fantasía en la adaptación de 1976 y a aventura en las de 2005 y 2017.
Cartel King Kong 1933. |
A pesar de que, como acabamos de ver, se seguían filmando muchas películas de diferentes géneros, hay uno en particular que empezó a crecer significativamente por la gran demanda de los espectadores. Estos pasaron de querer escuchar hablar a sus personajes favoritos a querer que cantaran, y los grandes estudios de Hollywood se pusieron manos a la obra y estrenaron multitud de musicales tras El cantor de Jazz. El primer gran musical lo estrenó la Metro-Goldwyn-Mayer, La melodía de Broadway (1929, Harry Beaumont), primer musical y segunda película de la historia en llevarse un premio Oscar, creados en 1928. Una pieza clave de los musicales de la época fue el coreógrafo Busby Berkeley, que creó un gran número de coreografías con complicadas formas geométricas creadas a través de la colocación de los bailarines y las bailarinas.
Fotograma La melodía de Broadway. |
Desde 1929 los hermanos Marx protagonizaron un gran número de películas siendo todas comedias y algunas además musicales, puesto que incluían algún número musical. Una de las más destacadas es Sopa de Ganso (1933, Leo McCarey). Tras la crisis del Crac de 1929 el cine fue un modo de escape para la población, y las comedias fueron muy demandadas también en la época.
Fotograma Sopa de ganso. |
El “Star System” dentro de los musicales también crearon parejas de actores que protagonizaron un gran número de películas (aunque algunos no se llevaban muy bien). Fred Astaire y Ginger Rogers, Katherine Hepburn y Spencer Tracy, o en la actualidad Johnny Depp y Helena Bonham Carter o Emma Stone y Ryan Gosling. Fred Astaire y Ginger Rogers protagonizaron una de las obras maestras de los musicales, Sombrero de copa (1935, Mark Sandrich), con su impresionante número final “Cheek to Cheek”. También protagonizaron un año después Sigamos la flota (1936, Mark Sandrich), donde también tuvieron una coreografía bastante destacable, “Let’s face the music and dance”.
Cartel Sombrero de copa. |
Hablando de la animación, el primer largometraje de Disney fue un musical, como muchas de sus películas posteriores, Blancanieves y los siete enanitos (1937, David Hand), cuya banda sonora estuvo nominada al Oscar.
Cartel Blancanieves y los siete enanitos. |
Para terminar con los musicales antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial, la actriz adolescente por esos momentos, Judy Garland protagonizó otro de los musicales más icónicos de la historia, El mago de Oz (1939, Victor Fleming), cuyo director fue galardonado con el Oscar a mejor dirección por otra película, Lo que el viento se llevó (1939, Victor Fleming, George Cukor, Sam Wood), la cual ganó ocho premios Oscar y más tarde dos honoríficos, por lo que es una de las películas con más premios Oscar, solamente por detrás de Titanic (1997, James Cameron), El señor de los anillos: El retorno del rey (2003, Peter Jackson) y Ben-hur (1959, William Wyler), que tienen 11 cada uno, por los 10 de esta. El número más reconocido de El mago de Oz que se llevo un Oscar a mejor canción original es “Over the rainbow”, interpretado por Judy Garland, donde en la recta final de la canción, el pobre perro sabe que tiene que darle la pata a la actriz pero no sabe cuándo, y lo intenta en varias ocasiones hasta que finalmente le hace caso y este la estira como un resorte.
Cartel El mago de Oz. |
En España también se estrenaron musicales en esta época. Muchos fueron adaptaciones de zarzuelas conocidas, como La verbena de la Paloma (1935, Benito Perojo) o El barbero de Sevilla (1938, Benito Perojo). También se adaptaron obras literarias como es el caso de la escrita por Joaquín Dicenta, Nobleza baturra (1935, Florián Rey). Película protagonizada por la célebre Imperio Argentina, cuyo nombre era Magdalena Nile del Río, que por supuesto, no quedaba igual, y en la cual se representaba un drama dentro del folclore aragonés. Esta película fue una de las más comerciales dentro del cine español de la II República.
Cartel Nobleza baturra. |
Esta es solo una pequeña muestra de la gran cantidad de musicales que se estrenaron desde la invención del cine sonoro hasta el estallido de la Segunda Guerra Mundial. Este género se prodigó en el tiempo y fue evolucionando, mezclándose con otros géneros y creando grandes películas. En la actualidad el número de musicales ha decaído, y suelen estar monopolizados por Disney y la animación, además de las biografías de cantantes famosos, aunque de vez en cuando se estrenan películas como La ciudad de las estrellas (La La Land) (2016, Damien Chazelle) o Bailar en la oscuridad (2000, Lars Von Trier) que aportan algo más de originalidad a un gran género cinematográfico.
Cartel La La Land. |
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