A la hora de hacer una película, muchos autores prefieren llevar a la gran pantalla historias ya creadas (normalmente de la literatura) que tienen su propio público y da facilidades para encontrar financiación y así poder realizarlas.
El guion adaptado es la adecuación de un texto para la realización de una película y este tiene su propio apartado dentro de los premios Oscar. Desde los comienzos del cine se han adaptado obras literarias o teatrales al cine, con ejemplos como Oliver Twist (Frank Lloyd, 1922). También se han adaptado acontecimientos históricos o hechos reales para contar historias, como podemos observar en Los últimos de Filipinas (Antonio Román, 1945). A lo largo de las últimas décadas también se han adaptado videojuegos al mundo del cine, por ejemplo Sonic, la película (Jeff Fowler, 2020), entre muchos otros.
Una adaptación cinematográfica, como indica la palabra, consiste en adaptar un texto a un nuevo formato, el cine, por lo que el texto puede y debe sufrir variaciones para adecuarlo. Una película basada en un texto previo, no tiene por qué ser idéntico a este, y es una de las principales razones por las que se suele menospreciar una adaptación cinematográfica. El texto original es la base de pintura en el lienzo, pero esta puede variar en mayor o menor medida hasta llegar al resultado final.
Dentro de la adaptación podemos distinguir el remake y el reboot o reinicio:
El remake:
La Palabra remake hace alusión a aquellas películas que ya han sido llevadas a la pantalla previamente y vuelven a recuperarse sus historias para crear una versión modernizada de estas. Cuando ya se ha superado un numero amplio de remakes pasamos a utilizar el término versiones. Podemos distinguir tres tipos:
1. Actualización De películas clásicas, por ejemplo de La mosca (Kurt Newmann, 1958) a La mosca (David Cronenberg, 1986).
2. Versiones Extranjeras de una película, por ejemplo de la sueca Déjame entrar (Tomas Alfredson, 2008) a la americana Déjame entrar (Let me in) (Matt Reeves, 2010).
3. Largometrajes Creados a partir de un cortometraje, por ejemplo de Whiplash (Damien Chazelle, 2013) a Whiplash (Damien Chazelle, 2014).
Hay que diferenciar el remake de la precuela, puesto que esta narra una historia previa a los acontecimientos que no se han escenificado en la película, pudiendo llegar a “corregir” algunos aspectos. Además, suelen realizarse por el mismo equipo creativo, por lo que le otorgan una continuidad existente. El reinicio, por otro lado, ignora la continuidad previa y reemplaza todo por un nuevo canon.
El reboot (reinicio):
Es el relanzamiento de una historia conservando los elementos más importantes e ignorando los que resulten más irregulares, comenzando toda la historia de nuevo sin tener en cuenta el canon anterior; es una reinterpretación de la trama. Así, la historia previa establecida es anulada, dejándola como irrelevante para la nueva continuidad. Existen multitud de ejemplos de reinicios, West Side Story (Amor sin barreras) (1961, Robert Wise, Jerome Robbins) a West Side Story (2021, Steven Spielberg) o, como ocurrió también en su saga de videojuegos, Lara Croft: Tomb Raider (Simon West, 2001) a Tomb Raider (Roar Uthaug, 2018).
Dentro del mundo de los videojuegos se distingue, a parte del remake y el reboot, el remaster. Estos son remasterizaciones de videojuegos antiguos cuyos gráficos han quedado obsoletos y se adecuan a nuestros días sin variar prácticamente nada de la jugabilidad del mismo, si esta varia estaríamos hablando de un remake y no de un remaster.
La creación de obras cinematográficas por adaptación puede que no parezca tan original como abordar un texto desde sus comienzos, pero por pequeños que sean los cambios, estos siempre van a aportar algo nuevo a la obra original. El público suele criticar en gran medida que una adaptación no se parezca al texto literario, pero son dos obras en formatos diferentes y creadas por autores diferentes, por lo que el punto de vista con el que se aborda también los es. El autor que adapta la obra tratará de contar algo nuevo a partir de la obra original, puesto que para ello la adapta; y aun queriendo contar lo mismo, como autor diferente que es, el resultado no será completamente fiel a su predecesora. Por otro lado, hay autores que prefieren adaptar una obra original a un público completamente diferente, es el caso de la adaptación de Los siete samurais (Akira Kurosawa, 1954) al western americano con Los siete magníficos (John Sturges, 1960) y al cine de animación infantil con Bichos, una aventura en miniatura (John Lasseter, Andrew Stanton, 1988).
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